martes, 10 de julio de 2012

¡Despierte de su sueño democrático!


por Juan Carlos Ubilluz*
La declaración del estado de emergencia en tres provincias de Cajamarca es una las figuras de lo que el filósofo Giorgio Agamben llama estado de excepción. Al declarar el estado de excepción (estado de emergencia, ley marcial, estado de sitio, etc.), el estado suspende la ley escrita para afirmar el espíritu de la ley, que es el de preservar el orden social. Y la idea central de Agamben es que en el mundo de hoy vivimos en un permanente estado de excepción, que este se ha vuelto la regla, lo normal. El estado de emergencia en Cajamarca no es por tanto realmente excepcional: es tan solo la prueba de que el actual “estado de derecho” en el Perú es insostenible sin el estado de excepción.
Entonces, la pregunta es: ¿cuál es el espíritu de ley que se quiere sostener con la declaración del estado de emergencia?, ¿cuál es el orden social que se pretende preservar con el estado de excepción? La respuesta es evidente: la ley de la inversión extranjera, el orden social constituido por la alianza entre el estado, el capital nacional y el gran capital extranjero. Así, cuando Ollanta Humala advierte sobre la necesidad de hacer respetar el estado de derecho, hay que saber a lo que se refiere: el estado de derecho no es otra cosa que la normalización del poder económico por la vía excepcional.
Por ello, decir en estos momentos que debemos despertar del sueño de la Gran Transformación es a todas luces insuficiente. De lo que debemos despertar de una vez por todas es del sueño de que vivimos en democracia, en un régimen en el que el pueblo puede ejercer el poder para el pueblo, incluso si este contradice a la excepcionalidad del poder económico. Lo que está ocurriendo en Cajamarca no es una señal de alarma de que la democracia está en peligro, es más bien la alarma del reloj despertador.
¿Le sorprende a usted que los soldados del ejército peruano ocupen Cajamarca, como si se tratase de un territorio extranjero, para defender los intereses de una empresa extranjera? ¿Le sorprende a que los policías se transporten en vehículos de la empresa Yanacocha? ¿Le sorprende que Ollanta Humala dé un mensaje a la nación donde asegura que Yanacocha se compromete a preservar dos de las cuatro lagunas en disputa y que horas después Roque Benavides manifieste que la empresa no se compromete a nada porque “es muy difícil controlar ese tipo de cosas”? ¿Le sorprende, de verdad de verdad le sorprende? Pues no debería sorprenderle, si desde el fujimorismo el estado peruano ha dejado de esconder aquello que en otras épocas era un escándalo: en breve, que está al servicio del capital extranjero. ¿Y le sorprende que la policía haya detenido a Marco Arana, mientras estaba tranquilamente sentado en la banca de una plaza, y que lo hayan golpeado en el suelo antes de llevárselo a la comisaría, donde lo volvieron a golpear? Pues tampoco debería sorprenderle: todo aquel que se oponga al avance del capital, incluso si lo hace en nombre del medio ambiente y de la salud de las comunidades, es enemigo del estado y será tratado como tal.
No se sorprenda. Ya no estamos para eso. Simplemente despierte de una vez de su sueño democrático. Usted vive en la era del capitalismo de alta intensidad. Usted vive en estado de excepción.
* Doctor en Literatura por la Universidad de Austin, Texas. Docente PUCP, UNMSM y Escuela Lacaniana.

lunes, 9 de julio de 2012

Las mentiras en Cajamarca


Por Rocío Silva Santisteban
Publicado en Revista Domingo de La República, Kolumna Okupa, 08/07/2012
1.- No se quiso dialogar: como recuerda Salomón Lerner en una entrevista reciente en este diario cuando Óscar Valdés optó por imponer el estado de emergencia en Cajamarca se cortó con el proceso de diálogo, si se hubiera permitido que las dirigencias consultaran con sus bases, se habría abierto un proceso difícil pero posible hacia un diálogo legítimo.
2.- La movilización está dirigida, promovida y manejada por Saavedra, Santos y Arana: la realidad es que la movilización está dirigida por dirigentes ronderos de Sorochuco, Huasmín, La Encañada, Llaucán, Hualgayoc, Chugur, El Tambo, Llanguat entre otros, por rondas urbanas, asociaciones de mercados, frentes de defensa ambiental, federaciones de estudiantes de universidades públicas y privadas, gremios locales de la CGTP, CUT, así como profesores del Sutep de las 13 provincias de Cajamarca, que en casi todo momento les están poniendo la agenda a los primeros mencionados.
3.- Las movilizaciones están financiadas por el narcotráfico y las ONG internacionales: totalmente falso, las movilizaciones están básicamente autofinanciadas por los cientos de comités de rondas campesinas, ganaderos, pequeños comerciantes y algunas instituciones incluyendo a las franciscanas y los franciscanos como Isaac Chaguano Murrieta, prior de la Iglesia.
4.- En Cajamarca la población está dividida en 50% Congavá/ Conganová: las áreas rurales de las 13 provincias de Cajamarca están en su mayoría opuestos al proyecto según encuesta del Grupo Norte citada por el diario Gestión. En la ciudad una mayoría es indiferente, un grupo muy activo está en contra del proyecto y otro grupo lo respalda y cuenta con el poder mediático no solo de Cajamarca sino de Lima (Willax, Althaus, Peru21, las increíbles editoriales de El Comercio y las fuerzas de choque de Correo).
5.- Los muertos en Celendín fueron causados por piedras: todos los datos médicos, fotografías y videos que circulan en redes prueban que los muertos fueron baleados por armamento israelí Galil que utilizan las Fuerzas Armadas.
6.- Los dos policías heridos en Celendín fueron por balas de armamento usado por la población: hoy jueves personalmente estuve en el Hospital Regional de Cajamarca y, según información recogida de los médicos ahí, los policías tienen heridas superficiales de roces por quemadura que pueden haber sido de cohetes, fuegos artificiales u otros artefactos pirotécnicos.
7.- Marco Arana estaba azuzando a la población y se resistió a la autoridad cuando fue capturado por una orden del fiscal: los videos que circulan en las redes contradicen el canallesco editorial de El Comercio, que sostiene esta mentira absoluta: no hubo orden de captura, Arana estaba sentado en un banco en la plaza e imposible poder resistirse a los golpes en los riñones de 25 a 30 policías.
8.- La población es pacífica: la población, ya sea con cohetes, fuegos artificiales o gasolina, ha quemado totalmente la oficina de serenazgo de la Municipalidad de Celendín, motivo por el cual empezaron los hechos que ocasionaron 4 muertos, múltiples heridos y 19 detenidos. Las movilizaciones pacíficas que duraron un mes completo en la ciudad de Cajamarca fueron posibles debido al liderazgo del Comando Unitario de Lucha y al respaldo decidido de los ronderos. El desborde se produce con el cierre institucional de todos los canales locales junto con una movilización de construcción civil y la ira de la población frente a las declaraciones del alcalde.

Conga no va


Por Paul E. Maquet
Tomado de Revista Ideele

No hay nada de radical en decir eso: no estoy diciendo “no a la minería”, estoy diciendo NO a este proyecto específico.
¿Por qué? ¿Por necio? No, al contrario, por argumentos concretos y sensatos.
Primero, porque cuatro lagunas naturales no se pueden reemplazar por reservorios artificiales. Eso está claro: no es lo mismo. Las lagunas son un ECOSISTEMA, con múltiples y complejas conexiones entre el agua y los demás elementos vivos y no vivos. Además, las lagunas de toda la zona donde se piensa realizar el tajo abierto se conectan con las nacientes de los ríos y derivan sus aguas, tanto de manera superficial como subterránea, hacia las partes inferiores de la cuenca. El propio Estudio de Impacto Ambiental (EIA) lo señala, al indicar la presencia de “gradientes de agua subterránea que descienden de las cumbres del altiplano a los valles de los cursos de agua”. El EIA reconoce que el proyecto “tiene el potencial de impactar tanto la calidad como la cantidad de los flujos de las quebradas aledañas” y que “representaría una variación en los niveles de infiltración, en la distorsión de los flujos hidrogeológicos como consecuencia (de) presas que cortan casi en su totalidad el flujos subterráneos”.
¿Queda claro este punto? Se va a destruir lagunas que se conectan de manera subterránea con las partes superiores e inferiores de la cuenca, y esos flujos serían cortados “casi en su totalidad”. No lo digo yo.
¿Qué propone el EIA de Conga? Que ese problemita se puede solucionar construyendo cuatro reservorios “de mayor capacidad”. En efecto, el dato es impresionante: los reservorios que construiría la empresa tendrían una capacidad de 10 830 000 metros cúbicos de agua, versus los 2 600 000 que albergan actualmente las cinco lagunas que desaparecerían.
Pero estos reservorios servirán para captar agua de LLUVIA. Eso es lo que tiene que quedar bien claro: los reservorios no sirven para reemplazar de manera integral los servicios medioambientales que brindan las lagunas naturales, los bofedales que las rodean y todo el ecosistema circundante –como lo ha sugerido el propio ministro de Ambiente. Sólo sirven para guardar agua de lluvia, agua superficial. ¡Y eso está muy bien! De hecho, nadie se opone a la construcción de los reservorios, que efectivamente permitirían equilibrar la disponibilidad de agua a lo largo del año. ¡Que se construyan los reservorios! Pero ¡que NO se destruyan las lagunas!
Porque las lagunas no son baldes de agua ni recipientes, como muy bien explica Marco Arana en esta entrevista.
Esa es la diferencia entre un simple enfoque ingenieril tradicional y un enfoque ECOSISTÉMICO. Ollanta Humala se ha hecho merecedor al premio “la frase más tonta del año” cuando dijo, en su discurso : “exigimos a la empresa a que no vengan a hacer reservorios de cemento, queremos la construcción de lagunas modernas para ese trasvase con tecnología de punta, y en ese sentido exigimos a la empresa que haga un mayor número de lagunas”. Lamentablemente, el ser humano aún no ha aprendido a hacer lagunas.
El proyecto Conga se basa en enfoques del siglo XIX y XX (“el ser humano es capaz de reemplazar a la naturaleza” y “los elementos de la naturaleza no tienen relación entre sí y los podemos modificar a nuestro antojo”) que no son capaces de enfrentar el principal desafío del siglo XXI: la disponibilidad de agua en un contexto de cambio climático.
Suena bonito decir “oro y agua”. Pero es imposible cuando el oro está exactamente DEBAJO del agua, como en este caso.
Hay un par de razones adicionales para decir NO a Conga.
Por un lado, que el proyecto no cumple con la Ley. Así es. Lo que pasa es que en el Perú nos hemos acostumbrado a que sólo se cumpla la parte de la Ley que le conviene a algunos grupos poderosos. Pero así como la Ley dice que el Ministerio de Energía y Minas (MEM) aprueba los EIA, la Ley también dice que las regiones establecen su zonificación económica y ecológica (ZEE). Pues bien, Cajamarca es una de las pocas regiones que ha elaborado ese estudio, que define que la zona donde se piensa realizar el proyecto es “de alta importancia hídrica”. Sin embargo, este análisis no ha sido tomado en cuenta por el MEM. La Ley también decía que las municipalidades pueden declarar “zonas protegidas”. El 2004, la Municipalidad de Celendín declaró como “zona protegida” el área de influencia de Conga. Tres años después, el 2007, Alan García dio un decreto supremo quitando a los municipios esa atribución. Ya sabemos que las leyes no son retroactivas, claro, pero parece que a veces sí. Por último, la Ley (de recursos hídricos) dice que “el Estado reconoce como zonas ambientalmente vulnerables las cabeceras de cuenca donde se originan las aguas” y que “la Autoridad Nacional (del Agua, ANA), con opinión del Ministerio del Ambiente, podrá declarar zonas intangibles en las que no se otorgará ningún derecho para uso”.
Es decir, la Ley también ampara a los que nos oponemos a Conga. Pero, como dijo Stanislaw Jerzy Lec, “todos somos iguales ante la Ley pero no ante los encargados de aplicarla”.
Por último, hay un serio problema de credibilidad. No a Conga, también, porque ¿quién le cree a Yanacocha? Claro, podemos abstraernos, irnos al mundo de las ideas y no a la historia concreta. Pero si vemos el prontuario de Yanacocha, una empresa cuyos “services” de seguridad han hecho seguimiento parapolicial a líderes ambientalistas (uno de los cuales fue asesinado en circunstancias que aún no han sido aclaradas), una empresa que empezó con un proyecto que implicaba desaparecer cuatro lagunas y que ya ha destruido más de 20, una empresa que derramó mercurio y luego pasó piola, ¡en fin! Son demasiados casos como para hacer tabula rasa. En estas cosas también cuenta la trayectoria.

El proyecto Conga se basa en enfoques del siglo XIX y XX (“el ser humano es capaz de reemplazar a la naturaleza” y “los elementos de la naturaleza no tienen relación entre sí y los podemos modificar a nuestro antojo”) que no son capaces de enfrentar el principal desafío del siglo XXI: la disponibilidad de agua en un contexto de cambio climático.

Un antes y un después
Conga marcará un antes y un después en el Gobierno de Ollanta, como lo han entendido desde Aldo Mariátegui y la CONFIEP hasta Gregorio Santos y Marco Arana.
Aún no se cruza el rubicón, para usar la metáfora de Aldito M.
De hecho, hasta antes del discurso de Ollanta esta semana, las reacciones habían sido bastante cautas, y el ministro del Ambiente ha ofrecido una revisión del EIA que todos estamos esperando. Lo que ha hecho Ollanta, salir a dar declaraciones como las que ha dado sin contar con el informe del ministerio de Ambiente, ha sido cuando menos audaz. Y ha demostrado, sinceramente, ignorancia y torpeza en varias de las cosas que ha dicho.
Pero todavía se puede rectificar. Tan simple como que el ministerio del Ambiente emita un informe técnico y se decida en base a eso. EN BASE A ESO, y no al monto de inversión, a los compromisos, a Pensión 65 o al gravamen. O, si se quiere más neutralidad, que el EIA se envíe a la UNOPS, cosa que hasta Alan García hizo con el proyecto Tía María. Por cierto, en aquella ocasión el organismo internacional hizo 138 observaciones al estudio, demostrando que realmente los criterios que usan el Estado peruano son risibles.
Ojo, repito: aquí no se trata de ser “antiminero” o “prominero”. Para el caso, ambas posturas son ideológicas. AMBAS. Se trata de juzgar si Conga va. Todo indica que, si Conga va, la población va a sufrir escasez de agua en los próximos 15 o 20 años, y eso que aún no hay un modelo matemático elaborado por SENAMHI sobre los efectos del cambio climático en la zona. Entonces, la pregunta de fondo es: ¿este Gobierno es capaz de poner los intereses de campesinos concretos por encima de los proyectos de inversión de una empresa?
Esa es la pregunta. Porque si se trata de conseguir plata, pues que le cobren los impuestos a la Telefónica, que hagan la reforma tributaria y que luchen contra la corrupción, que fue lo que se prometió en campaña. Ese fue el compromiso electoral, no Conga.
Ollanta ha dicho que no acepta chantajes de nadie. La prensa de derecha lo ha interpretado como chantajes de la población en pie de lucha. Pero ¿no es un chantaje decir “si no va Conga peligra el gravamen minero”? Ese es el verdadero chantaje.
Tenemos derecho a exigir
En algunos espacios se ha vuelto una especie de lugar común rechazar a los que critican o burlarse de los que “esperaban algo”. Son dos extremos que llevan a lo mismo.
Por un lado, parece ser que si uno es crítico a Ollanta “le hace el juego a la derecha”. Cosa más absurda: este es un proceso en disputa, todos lo sabemos, y así como la Sociedad Nacional de Minería tiene derecho a mover todas sus fichas para presionar al Gobierno, nosotros, el 30% que votó por un cambio en primera vuelta, también tenemos derecho a presionar, si es necesario con movilización social, para que ese cambio se haga realidad.
Por el otro lado, algunos señalan que “Ollanta nunca fue de izquierda” y que si esperábamos un cambio de modelo hemos sido unos ilusos. Pues ese es otro absurdo. Aquí Ollanta no tiene que ser de izquierda para respetar el derecho al agua de la gente. Tampoco tiene que haber un cambio de modelo para que un proyecto específico no sea aprobado. Simplemente le exigimos a Ollanta no sólo que cumpla con sus promesas, sino que cumpla con el rol que tiene el Estado: garantizar los derechos de los ciudadanos.
*Este artículo fue publicado originalmente en Alerta Perú.

miércoles, 4 de julio de 2012

Mi solidaridad con el padre Marco Arana y mi rechazo a su detención arbitraria


Luis Alberto Salgado T.

Expreso mi total rechazo a la medida abusiva e ilegal que acaba de concretarse al detener al sacerdote Marco Arana mientras se encontraba en la Plaza de Cajamarca. Adicionalmente, el padre Arana ha sido golpeado por elementos de la Policía Nacional lo cual agrava la actuación del Estado.

Conozco al padre Marco Arana varios años y he sido testigo de su prédica valiente, insobornable y pacífica en defensa de los derechos humanos, de la democracia y de sus instituciones. Su detención es un acto abusivo, ilegal y violatorio de la ley y de las normas internacionales.

Su posición respecto al llamado Proyecto Conga es conocida, así como la de miles de ciudadanos cajamarquinos y peruanos, que desde el inicio han expresado pacífica y democráticamente su discrepancia exigiendo una minería responsable y no depredadora ni destructora del medio ambiente. A ellos, así como al padre Arana y a los líderes cajamarquinos, como a todos los peruanos, les asiste el derecho a manifestarse y exigir que se respete la voluntad mayoritaria de los pueblos a través de los mecanismos establecidos en la ley y plasmados como compromiso del Estado peruano en el Convenio 169 de la OIT. La palabra empeñada y los compromisos se honran.

Las instituciones,  equipos y  armas del Estado peruano, así como los recursos de la fuerza del Poder Ejecutivo, ni la administración de justicia, de ninguna manera pueden ni deben ser usados arbitrariamente contra los ciudadanos ni contra el pueblo para imponer decisiones tomadas unilateralmente.

Exijo la libertad inmediata del padre Marco Arana y una investigación exhaustiva para determinar las muertes de tres ciudadanos cajamarquinos el día de ayer y las heridas de bala de decenas más de ciudadanos en Celendín. El Estado de emergencia es un recurso último y no instrumento cotidiano de gobierno.

Demando respeto verdadero a los valores democráticos y al Estado de derecho sustentado en la voluntad popular, pues ello es lo único que legitima a los gobernantes.